¿Son malvados los empresarios?

¿ Y los ricos? Algunos lo tienen claro, para lograr ser rico no hay otro modo de hacerlo que actuando con poca ética, ya sea explotando a trabajadores, saltandose la ley, evadiendo impuestos, etc.
Si no os lo creéis leed por favor el articulo de Borja Prieto en el blog desencadenado al ensalzar la figura de Amancio Ortega y la que se lía en los comentarios. Muy bueno también su continuación.
Seguro que os encanta la metáfora de que la economia es como manantiales que se encuentran mas que como un estanque finito.

Sin embargo, esta idea o dogma de fe acerca de los ricos provoca dos efectos perniciosos:  a los que lo creen  los aleja de la riqueza , pues el rechazo a los empresarios exitosos o ricos nos impide aprender de ellos, de como actúan, que es lo que los mueve y estimula, ¿Como logran enriquecerse?
Estos críticos de los empresarios exitosos abominan de todo lo que suene a emprender, a arriesgar no se ponen en la piel del empresario, que todo hay que decirlo la mayor parte de las veces fracasa.

El segundo efecto indeseable afecta de forma mas difusa a la sociedad. El rechazo a los ricos y empresarios desincentiva a muchas personas a dar el paso de crear un empresa que puede resultar exitosa. Y cuando digo exitosa implica riqueza para el empresario y servicio para su su clientes que ven satisfecha una necesidad que ahora aporta esta nueva empresa. Pudiendo ahorrar dinero para gastar en otros bienes o para invertirlo.

Si nos interesaran un poco mas los ricos sabríamos el modo que tienen de relacionarse con el dinero: ellos compran ACTIVOS a diferencia de la clase medía que compra PASIVOS.
Si nos interesáramos un poco mas por los empresarios, seriamos mas índependientes respecto a un jefe aunque tendríamos que ser dependientes de nuestros clientes. Nos daríamos cuenta de la multitud de trabas que se encuentran.

Desde mileurista a millonario dedico mi mas sentido homenaje a todos aquellos que son, han sido o serán empresarios pues son la esperanza que tenemos para salir de esta crisis aunque la mayor parte de la población no se lo vaya a agradecer.